En 1506 Julio II inició la construcción de la nueva basílica de San Pedro encargando al arquitecto Donato Bramante la realización del proyecto. El papa sucesivo León X introdujo un cambio radical en la gestión administrativa de la obra. Reduciendo el papel de los arquitectos atribuyó el poder de gestionar la inmensa construcción a un mercader romano, Giuliano Leni. Dicho nombramiento para la historia de la construcción constituye un hecho muy importante pues es la primera vez que una fábrica arquitéctonica pasó a depender de una figura proveniente del mundo de los negocios. Giuliano Leni conservó su posición hasta 1527 y durante casi una década administró la obra come si fuera una empresa, buscando en todo momento el beneficio. De él dependía el abastacimiento de los materiales, el reclutamiento de la mano de obra, el manejo del dinero y otros aspectos fundamentales para la buena marcha de los trabajos. De esta forma en el contexto romano de comienzos del siglo XVI se crearon las condiciones para la introducción de importantes novedades hasta la formación de un auténtico mercado ciudadano de materiales y de mano de obra que se desplazaba de uno a otro edificio. El objetivo del estudio es presentar un episodio que permite demostrar hasta que punto la arquitectura del Renacimiento propició la evolución hacia estructuras de gestión complejas y a veces incluso el nacimiento de figuras que daban a la construcción una dimensión cada vez más mercantil.
Economía y construcción: la basílica de San Pedro de Roma (1515-1527)
VAQUERO PINEIRO, Manuel
2011
Abstract
En 1506 Julio II inició la construcción de la nueva basílica de San Pedro encargando al arquitecto Donato Bramante la realización del proyecto. El papa sucesivo León X introdujo un cambio radical en la gestión administrativa de la obra. Reduciendo el papel de los arquitectos atribuyó el poder de gestionar la inmensa construcción a un mercader romano, Giuliano Leni. Dicho nombramiento para la historia de la construcción constituye un hecho muy importante pues es la primera vez que una fábrica arquitéctonica pasó a depender de una figura proveniente del mundo de los negocios. Giuliano Leni conservó su posición hasta 1527 y durante casi una década administró la obra come si fuera una empresa, buscando en todo momento el beneficio. De él dependía el abastacimiento de los materiales, el reclutamiento de la mano de obra, el manejo del dinero y otros aspectos fundamentales para la buena marcha de los trabajos. De esta forma en el contexto romano de comienzos del siglo XVI se crearon las condiciones para la introducción de importantes novedades hasta la formación de un auténtico mercado ciudadano de materiales y de mano de obra que se desplazaba de uno a otro edificio. El objetivo del estudio es presentar un episodio que permite demostrar hasta que punto la arquitectura del Renacimiento propició la evolución hacia estructuras de gestión complejas y a veces incluso el nacimiento de figuras que daban a la construcción una dimensión cada vez más mercantil.I documenti in IRIS sono protetti da copyright e tutti i diritti sono riservati, salvo diversa indicazione.